En el artículo pasado llamado “una persona puede marcar la diferencia” hablamos sobre Noé y cómo podemos marcar la diferencia, así como también hicimos foco en la gracia. Hoy seguiremos por ese camino. Observábamos que Dios le decía a Noé que construyera un arca, hoy hablaremos sobre el arca y la pregunta es… ¿El arca es algo o es alguien?

Dios le habla a Noé y le dice: Voy a destruir todo. Construí un arca, tiene que tener 23 mts de ancho, 13 mts de alto, 140 mts de largo. Tres pisos, una sola puerta y una ventana arriba. Hacela con madera de gofer, calafateada con brea, por dentro y por fuera. Voy a mandar lluvia, mucha, voy a causar un diluvio. En el arca solo van a ir vos y tu familia, los voy a salvar. También van a ir animales que voy a rescatar y tenes que almacenar alimentos.

Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. Heb 11, 7

El arca era un tipo de Cristo y la representación de la salvación. Esta fracción de la historia no está enfocada en el castigo como sí en la gracia. De hecho, Dios se encontraba en el arca, Dios estaba en el arca. Cuando Él le llama a entrar no le dice “pasa”, le dice “ven”. Eso implica que estaba dentro del arca. Una vez dentro del arca, Dios mismo fue quien cerró la puerta. Para ese entonces, Noé tenía 600 años. Dentro del arca no pasaba nada, era de esperar que ya dentro se largara a llover, 7 días y 7 noches esperaron. Luego del séptimo día comenzó el diluvio.

Cuarenta días y noches llovió sin parar. ¡El mismo que sabe juzgar, sabe guardar! Es una promesa, como pasó en la tierra de Egipto con las plagas y la ciudad de Gozen (Ex 7-12). El arca no tenía timón: Dios era su capitán. El arca no tenía motor ni velas: Dios era su energía.

Cristo ES el arca, y no importa el diluvio personal que estés pasando, si estás escondido en Cristo, todo saldrá bien. Las maderas del arca representan la cruz que Él tuvo que cargar. Noé construyó el arca con muchísimas maderas, Jesús construyó la salvación en una sola.

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el Justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu. 1 P 3,18

Noé fue obediente a Dios, a Su Mandato (Gn 7, 5), y además lo fue durante 120 años, en los cuales construyó y edificó el Arca de madera; Cristo siempre se caracterizó por su perfecta obediencia, siendo el clímax de esta (la obediencia), hasta la muerte, y muerte de Cruz.

Noé salvó a la humanidad, la humanidad era su familia. Cristo salvó a la humanidad y nos hizo su familia, su familia somos todos nosotros (Cfr. 1 Cor 12, 12-30). Nuestra vida viene de la muerte ¿de quién? del mismo Cristo. Para poder construir un arca para salvarse, tuvieron que ser talados los árboles para obtener la madera. Para nuestra salvación se tuvo que matar a un cordero cuyo sacrificio nos dio vida eterna.

Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde Antes de la fundación del Mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros. 1 P 1,18-20  

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, NO se pierda, mas tenga vida eterna. Jn 3,16

Dios manda construir el arca, y pidió que tuviera tres pisos, ¿Por qué tres y no más? ¿Tiene un significado cada piso del arca? ¡Claro! Tenemos un Dios que no deja ningún detalle al azar, y todo es por algo. En esto vemos un orden de prioridades:

  • Primer piso o piso superior: Dios y la familia

La ventana del arca estaba en el piso superior, para que la mirada siempre esté en el cielo. Es allí donde tenes que estar enfocado. Mientras afuera hay gritos desgarradores, esa es la lluvia de Dios arrasando con tus propias miserias, con tus preocupaciones, etc. ¡Debes poner tu vista en el cielo!

370 días estuvieron dentro del arca, solo 40 días diluvio, pero el resto del tiempo fue lo que demoró el agua en bajar. Lo primero que mandan es un cuervo. El cuervo representa la vieja vida, lo que se entretiene con la carroña de los cadáveres que están flotando en el diluvio de tu vida. Pero ese cuervo no volvió. Porque en el Arca… en Cristo, todo es hecho nuevo. Por eso fue la Paloma lo que representa la nueva vida en Cristo, la Paloma da la señal indicada.

En el piso superior se encuentra la familia. Esto es un orden de prioridades. Dios te ha hecho sacerdote de un lugar y luego de Dios viene la familia, Él quiere que seas salvado, tú y tu casa.

Este piso se caracteriza por el espíritu, que tiene que reinar sobre las demás prioridades, coordinando todas las demás esferas o dimensiones de nuestra existencia para enfocar nuestra mirada en Cristo.

  • Segundo piso: estaba preparado para los animales. En este piso nos encontramos con todo lo referido al instinto, el espíritu debe regir nuestra alma para que apunte hacia Dios.
  • El tercer piso: Era el que estaba más cerca del agua y estaba preparado para los desperdicios de los animales. Dentro del último piso está el cuerpo, todo lo referido a lo orgánico.

En las instrucciones, Dios le pide a Noé que cubra con brea el arca, tanto por dentro como por fuera. La furia de las aguas sería tan grande que tuvo que ser recubierta por el interior y exterior, el arca era un lugar de absoluta seguridad. Dentro del arca, estamos seguros porque estamos refugiados dentro de Cristo, y en Él hay vida y vida en abundancia. Si hay lluvia, diluvios en tu vida, tengo buenas noticias: ¡Hay un arca donde refugiarte! La puerta estaba hecha en el costado lateral del arca, ¿y con esto quÉ te quiero decir? Leamos: “Luego – Jesús- dijo a Tomás: pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Jn 20, 27-28)

Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo. Jn 10, 9

El Señor te dice: No metas tu mano para creer, escóndete en mi.

Entra dentro de Cristo. Ponte cómodo en Cristo, porque en Él somos, nos movemos y existimos. Paul Acuña

La lluvia es de bendición abundante sobre tu vida. Una lluvia que trae bendición y a veces la bendición es la destrucción de lo que ya no te sirve más, de lo que te  hace sentir incómodo delante de la Presencia, de lo que te está haciendo sentir carga mientras caminas con el Señor, cuando caminas tienes que ir livianito, deja todo lo pesado, deja la incomodidad dentro del Arca, en el último piso donde la suciedad se la carga Jesucristo

Aunque no veas todavía la lluvia, seguí construyendo. La construcción está en el ayuno, en la oración, está en la obediencia y en la fidelidad. El Reino de Dios se construye de rodillas. Seguí construyendo en Su presencia, porque la lluvia es inminente.

Ahora, pues, Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que NO andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Rom 8,1

Ahora bien, ¿estás listo para entrar? Dios te invita a pasar a su costado y te dice “entra tú y toda tu casa en el arca” (Gn 7, 1), quiere que VOS marques la diferencia para todas las generaciones venideras. Entra, escóndete, ponte cómodo en Su costado, adéntrate en el Arca, entra en la belleza de su costado, Él es el camino, la verdad y la vida. Solo hay una entrada al arca, Él es la puerta, su costado abierto es la entrada lateral, el arca está abierta a los pecadores gracias a Jesús. Entra en Él y revestite de su Presencia.

Oremos juntos: Padre me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras. Sea lo que fuere, por ello te doy las gracias. Lo acepto todo con tal de que se cumpla Tu voluntad en mí y en todas las creaturas. Te doy mi vida porque te amo y te necesito. Amén.

Gabriel M. Acuña

Publica desde marzo de 2020

Argentino. Estudiante de Psicología. Diplomado en liderazgo. Miembro de Fasta. Consigna de vida: "Me basta Tu gracia" (2 Cor 12, 9). Mi fiel amigo: el mate amargo. Cada tanto me gusta reflexionar y escribir, siempre acompañado del fiel amigo. ¡Totus Tuus!