En la Sagrada Escritura encontramos diversos géneros literarios, es decir formas de comunicar un mensaje, que engloban un estilo, maneras de expresión y figuras literarias. La Sagrada Escritura contiene narraciones históricas, poesía,  himnos, leyes, entre ellos llama la atención el género literario del libro de los salmos, un libro que al interno de la Sagrada Escritura, que contiene la palabra de Dios, nos enseña a orar y a dirigirnos a Dios.

Este libro resalta por la belleza de su contenido, ya que podemos usarlo para orar. En él encontramos al salmista que, delante de la persecución invoca al Señor, es decir en la desesperación se dirige al único que lo puede salvar. Al mismo tiempo encontramos al salmista dando gracias por la liberación realizada. También encontramos relecturas de algunos momentos de la historia de salvación, como el éxodo, en la cual el salmista recorre un evento de la historia de Dios con su pueblo y la narra de forma poética. De la misma manera encontramos salmos que alaban a Dios por su creación y por la ley, como lo es el salmo 18, o que ensalzan a Jerusalén, o  que cantan himnos al rey, por su victoria.

Es decir en el libro de los Salmos encontramos una gama de situaciones, emociones y actitudes para entrar en la presencia del Señor, al punto que se puede afirmar que dicho libro engloba todas las situaciones de la vida del orante.

Tradicionalmente el libro de los salmos se ha subdividido, por su contenido, en otros cinco libros, que a su vez presentan una estructura muy marcada cada uno. Esta forma de dividir el libro, pretende presentarlo como una Torah o como un Pentateuco, de hecho era llamado la Torah de los pobres, ya que la gran parte del pueblo de Israel no poseía una versión escrita de los libros sagrados y solo tenían como alternativa aprender a memoria los pasajes mas importantes para utilizarlos en la oración, en la narración y en la vida cotidiana, y la forma poética y rítmica de los salmos ayudaba a su memorización.

Otro aspecto a resaltar de éste libro, es que seguramente Jesús los usó para su oración, de hecho, en la ultima cena encontramos la expresión después de cantar el Himno, expresión que servía para referirse a los salmos del Hallel, que comprendía del 112 al 117, salmos que eran entonados en la fiesta de la Pascua. Jesús en la cruz ora con la belleza de las palabras de los salmos, «Dios mío, Dios mío ¿por que me has abandonado?» es el íncipit del salmo 21, que habla del justo perseguido. O con el Salmo 30, «En tus manos pongo mi espíritu». En la antigüedad los salmos no eran llamados por su número, sino por las palabras con las que iniciaban, por lo cual los evangelistas nos están diciendo que quizá Jesús oró con las palabras del salmo entero.

Así que el libro de los salmos, puede convertirse a partir de hoy en tu libro de oraciones, para que te dirijas a través de ellos al Señor que ha inspirado con el Espíritu Santo a aquellos que han escrito los diversos salmos.

Termino con una pregunta, ¿cuál es tu salmo preferido?  Ponlo en los comentarios ¿No tienes aún uno? ¡Espera la siguiente entrega de esta serie!

Ernesto Camarena

Publica desde febrero de 2022

Soy un religioso Pavoniano, inflamado de amor de Dios. Mexicano viviendo en Italia. Actualmente soy un estudiante de Teología. La Sagrada Escritura y los Padres de la Iglesia me fascinan. Me encanta leer y escribir acompañado de un buen café. «Me has llamado Amigo»