Cada año, el segundo viernes posterior a la solemnidad de Pentecostés, la Iglesia celebra la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Debido a su estrecha conexión con el misterio pascual, a través de ella nos colocamos nuevamente dentro del evento de nuestra salvación.

En esta fiesta contemplamos el gran amor que ha tenido nuestro Redentor; evoca la inmensidad del amor de Dios por cada uno de nosotros,

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Jn 3,16

Me gustaría compartir contigo algunos puntos en los que los evangelistas nos hablan del corazón de Jesús, mismos episodios a través de los cuales se evidencia el misterio de la intimidad del Señor, ya que quien ve a Jesús ve al Padre y a través del amor del Hijo se nos muestra el amor del Padre.

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!

I Jn 3,1

En el contexto bíblico, la categoría del corazón es usada también para referirse al ámbito de la conciencia ya que es allí donde se llevan a cabo las decisiones, los sentimientos, y las actitudes son cultivadas en este lugar que indica la interioridad de la persona.

Es por eso que nosotros celebramos y contemplamos la belleza del Sagrado Corazón de Jesús, porque entre tantas cosas que éste órgano puede indicar, nos evidencia el misterio de la intimidad y de la interioridad de nuestro salvador y redentor.

Quizá dos de los pasajes evangélicos más emblemáticos, al menos en mi opinión, son aquel en el que Jesús nos invita a imitar las características de su corazón: la mansedumbre y la humildad; y aquel (que nos conecta más al misterio pascual) del momento en el cual el corazón de Jesús es traspasado por la lanza, de donde brota sangre y agua. Vamos ahora a verlos mas a detalle.

Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.

Mt 19,28-30

Jesús nos invita  a encontrar refugio y descanso en Él, a imitar las virtudes de su corazón con lo son la mansedumbre y la humildad. Para vivir el proyecto de amor que Él nos propone a través de su vida. Él mismo es una constante invitación a vivir el amor del Padre como estilo de vida y de donación. 

Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.

Jn 19, 34

En este versículo encontramos las coordenadas en las cuales podemos encontrar detalles sorprendentes. Del corazón traspasado de Jesús brotan los sacramentos, simbolizados por el agua del Bautismo y la sangre de la Eucaristía. Cabe resaltar que poco antes, el evangelista san Juan había hecho referencia a que Jesús había «entregado el Espíritu». En la teología narrativa de este evangelista, Jesús no muere, entrega el espíritu, nos dona el Espíritu y los sacramentos, es decir, del corazón traspasado de Jesús brotan los tesoros más grandes de la Iglesia: los sacramentos, los cuales solo pueden ser acogidos y celebrados gracias al don del Espíritu, sucedido un poco antes.

En esta bellísima solemnidad es posible ganar la indulgencia plenaria a través del acto de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús (si la realizas hazlo preferentemente delante de su imagen o escultura, o en una Iglesia, delante del tabernáculo)

¿Vives las virtudes del Sagrado Corazón de Jesús, imitando su humildad y mansedumbre? ¿Eres capaz de pedirle estas virtudes para tu vida cotidiana?

Ernesto Camarena

Publica desde febrero de 2022

Soy un religioso Pavoniano, inflamado de amor de Dios. Mexicano viviendo en Italia. Actualmente soy un estudiante de Teología. La Sagrada Escritura y los Padres de la Iglesia me fascinan. Me encanta leer y escribir acompañado de un buen café. «Me has llamado Amigo»