Al menos tu, ámame. Jesús a Santa Margarita María de Alacoque

Cuando leía esa frase por primera vez, me cuestionaba: ¿realmente Jesús, siendo Dios, necesita que lo amen?, ¿de verdad no habrá quien lo ame?

Hoy, con el tiempo, he comprendido más realmente cuán inmenso el Amor ha de sentirse solitario e injuriado ante la actitud del ser humano. Sobre todo siendo un Corazón que arde de amor por todos nosotros sin descanso.

Santa Margarita María de Alacoque, una humilde religiosa, tuvo el privilegio y la dicha de ser elegida por Jesús para propagar la devoción a su Sacratísimo Corazón que se desborda de amor por los hombres.

Mira este Corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aun en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio. Jesús a Santa Margarita María de Alacoque

Cuando meditamos el motivo de la aparición de Jesús con su Sagrado Corazón a Madre Margarita Alacoque, podemos comprender aquellas palabras en el Evangelio, en donde hace alusión a que nos amó hasta el extremo.

Es de entender que lo que realmente importa al hablar del Sagrado Corazón de Jesús, no es que nos refiramos solo por entero a la forma física de este, sino al significado que lo envuelve por completo, símbolo de amor en su máxima expresión. Amor eterno, inconmensurable, hecho obras y manifestado en la entrega total en la cruz por nuestros pecados.

Cristo, en su manifestación de amor, al mostrar su Divino Corazón, nos hace la invitación a seguirle, a amarle, pero sobre todo a abandonar la frialdad que, al mismo tiempo que nos acerca al pecado, nos aleja rotundamente de su gracia y el fuego de su amor.

¡Qué admirable y qué belleza saber que nuevamente Cristo dignifica el papel de la mujer con Santa Margarita Alacoque, mostrándole su Sagrado Corazón y convirtiéndola en objeto de su flamante amor para que propagase tan inmensa y admirable devoción!

Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. San Mateo 11, 29

El misterio y la belleza del amor del Corazón de Jesús gira entorno a la Sagrada Eucaristía, pues es el la Comunión en donde Él mismo hace saber a la Santa que podremos encontrar consuelo, paz y sobre todo camino a la santidad.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús no es una simple tradición de la Iglesia, que podamos adjudicar a las personas mayores o aquellos que se han consagrado a la vida religiosa. Esta devoción, al igual que el amor flamante, está abierta y disponible sin importar la edad: niños, jóvenes, adultos, ancianos. No hay diferencia para ello, pues Cristo mismo hizo promesas para todo aquel que honrase la imagen de su Corazón y compartiese esta devoción.

¿Cuántas promesas son las que Cristo dejó para aquellos que honrasen la imagen de su amantísimo Corazón? Doce promesas.

Son doce promesas que nos invitan a confiar inmensamente en que El Amado puede darnos en consuelo, la paz y la felicidad que tanto anhelamos y para la que fuimos creados, para ser amados por su Corazón. Son promesas que se resumen en la entrega fiel y total a su amor, por medio de la humillación y la Sagrada Comunión constante con intención reparadora.

Solo el corazón humilde puede entrar en el corazón de Jesús. Santa Margarita María de Alacoque

Ya bien decía San Juan Bosco que es en el Corazón de Jesús donde podemos encontrar una fuente de bendiciones y de gracias, pues es así como se resume tal devoción. Este Corazón inefable y verdaderamente amable, es aquel en el que se resume el misterio del amor de Dios por la humanidad.

Cuán bueno sería que pudiésemos agradarle siempre y ser objetos de su amor como lo fue Santa Margarita de Alacoque. Qué admirable pudiera ser tratar de ser reflejos vivos de su flamante amor como lo es la Santísima Virgen María con la belleza de su Inmaculado Corazón.

Quizá, solo basta con recordar que el mismo Jesús nos dio lo necesario para poder seguirlo, agradarle y ser su reflejo. Su Corazón en la Santa Comunión.

Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí. El Corazón de Jesús a Santa Margarita de Alacoque

En Vos confiamos. 

César Retana

Publica desde septiembre de 2019

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Salesiano desde la cuna. Le canto a Dios por vocación y por amor. Soy Licenciado en Diseño Gráfico, tengo 28 años, y 20 de ellos en el caminar espiritual con la Iglesia. Me gusta el café bien cargado y los libros.