La narración de los Evangelios relacionada con la Resurrección de Cristo, no nos dan suficientes detalles sobre la presencia de la Virgen María durante éste misterio pascual, sino que se enfocan más en lo que Jesús Resucitado hizo o dijo después de su paso de la muerte a la vida. Incluso, los Padres de la Iglesia, no nos hablan mucho acerca de la participación de la Madre de Dios, en las alegrías del triunfo de su Hijo sobre la muerte y el pecado.

María, por tanto, vio la Resurrección del Señor; Ella fue la primera que la vio y creyó. María Magdalena también la vio, aunque todavía dudó. San Ambrosio 

Aunque en los Evangelios no se nos dice nada sobre esto, podemos deducir que María Santísima estuvo presente cuando Jesús Resucitado se apareció a varios de sus discípulos en Galilea y en el momento de su Ascensión a los Cielos. Por otro lado, es probable que Jesús Resucitado visitara a su Santísima Madre durante estos 40 días que pasó en la tierra, antes de subir al Padre Eterno.

María es la Esclava Misteriosa por la cual Dios baja a la tierra y los hombres suben a los Cielos. San Fulgencio 

Por otra parte, en cuanto a la vida post-pentecostal de María, sabemos que Ella estaba reunida con los discípulos en la habitación del piso alto de Jerusalén, el día en que el Espíritu Santo descendió sobre Ella y sobre el Colegio Apostólico.

Las palabras del Evangelio, cuando nos dice que “y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”, no se refieren solamente a los días transcurridos entre el tiempo de Pascua y el tiempo de Pentecostés, sino que se extienden a toda la vida posterior de María. Sin embargo, esto no nos quiere decir que el cuidado de María haya sido obstáculo en el ministerio apostólico del apóstol, pues en el libro de los Hechos de los Apóstoles, encontramos pasajes que nos cuentan que el discípulo amado estuvo ausente de Jerusalén en muchas ocasiones.

Dios os salve, María, Madre de Dios. En Vos está y estuvo toda la plenitud de la gracia y todo bien. San Francisco de Asís

Para terminar, podemos suponer que en María se cumplían las palabras del libro de los Hechos de los Apóstoles cuando nos dicen que “perseveraban en oír la enseñanza de los apóstoles y en la unión, en la fracción del pan y en la oración”.

De esta manera, la Bienaventurada siempre Virgen María, fue todo un ejemplo y una fuente de ánimo para la comunidad de los cristianos de la Iglesia naciente.

John Sergio Reyes León

Publica desde julio de 2020

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Soy un joven de 18 años de edad nacido en Bogotá pero residente en Medellín, la ciudad más católica de Colombia. Trato de seguir el ejemplo de los evangelistas al relatar la buena nueva que Dios ha hecho en mi vida. Parafraseando a san Pablo: Ahora no hablo yo, es el Espíritu Santo el que habla en mí.