Como bien sabemos, octubre es el Mes del Rosario y la mejor manera de celebrar el Mes del Rosario es, por supuesto, rezar el Rosario diariamente. Mientras lo hacemos, es necesario tener un corazón dispuesto y pedir por intenciones personales y comunitarias. Los católicos rezamos el Rosario porque es una oración poderosa a Dios, a través de Su Madre, María.

A lo largo de la historia de la Iglesia, muchos papas y santos han recomendado que recemos el Rosario.

Cuando se reza bien el Santo Rosario, le da a Jesús y a María más gloria y es más meritorio que cualquier otra oración

San Luis de Montfort

En varias apariciones, la Virgen María se ha presentado con un Rosario y ha pedido que continuemos rezando esta oración. Ella siempre nos lleva a su Hijo y presenta nuestras necesidades ante Él. La oración se trata de desarrollar nuestra relación con Dios y amarlo más, por lo que tiene sentido conocerlo a través de los eventos de la vida de Cristo en los Misterios que meditamos durante el Rosario.

Los Rosarios no son solo decoraciones. Se han convertido corazones y también se han respondido intenciones imposibles con el Rosario. Tu vida solo puede ser bendecida con derrame abundante de belleza si comienzas a rezar el Rosario. El Rosario también nos hace pacificadores en el mundo. Como dijo San Juan Pablo II:

El Rosario es, por su naturaleza, una oración por la paz, ya que consiste en la contemplación de Cristo, el Príncipe de la Paz, quien es nuestra paz.

Además, en virtud de su carácter meditativo, el Rosario tiene un efecto pacífico sobre quienes lo rezan, disponiéndolos para recibir, experimentar y difundir a su alrededor esa verdadera paz que es el regalo especial del Señor resucitado. El Rosario es acción salvífica. Penetrando de misterio en misterio en la vida del Redentor, nos ayuda a contemplar a Cristo desde María. El Rosario también nos hace contemplar la belleza de lo ordinario. Nos transporta junto a María: dedicada a seguir el crecimiento humano de su Hijo. María es modelo de contemplación: Ella vive mirando a Cristo, guardando todas Sus cosas en su corazón.

El Rosario es meditación y súplica: nos apoyamos en la Madre de Dios para que interceda ante Jesús por nosotros.

El rezo del Rosario es una de las devociones más practicadas por los fieles católicos. ¡Cuántas personas se han salvado al rezar con devoción y amor el santo Rosario! Muchas otras personas, incluyendo mi experiencia personal, desde que rezamos el Rosario hemos notado cómo nuestra vida ha crecido en virtudes y en fe.

Es por eso que el Rosario es un camino hacia Jesús, porque sólo Él puede transformar mi vida y tu vida y hacer en nosotros la mejor representación de Su belleza y de Su amor.

Abner Xocop Chacach

Publica desde septiembre de 2019

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Joven guatemalteco estudiante de Computer Science. Soy mariano de corazón. Me gusta ver la vida de una manera alegre y positiva. Sin duda, Dios ha llenado de bendiciones mi vida.