Pareciera que mencionar a la Virgen María se hace fácil en cualquier ámbito de la vida de todo cristiano. Sin embargo, también podríamos pensar que la Biblia se queda un poco corta en cuanto a su vida, pero esto deriva en que la Palabra de Dios es plenamente perfecta y precisa, mencionándonos la belleza de lo esencial y necesario de María, ejemplo vivo de qué significa acoger la voluntad de Dios y seguir a Cristo.

Si no, ¿quién con más fe y confianza habría sido capaz de dar un salto de fe como el suyo en aquel momento de la Anunciación? Con la visita del Ángel Gabriel, se nos presenta a la futura Madre del Salvador. Una joven desposada con un hombre llamado José. Una mujer que tiene la total libertad de entregarse a la voluntad de Dios sin saber lo que pueda deparar el futuro, o de simplemente decir no, pues incluso siendo el Plan de Salvación de la humanidad, Dios sigue respetando el libre albedrío que nos ha dado, y la Virgen no fue la excepción.

La respuesta de María […] es la palabra más decisiva de la historia. Reinhold Schneider (1903-1958, escritor alemán)

Es en este momento de la historia, en que toda la salvación del género humano queda en las manos de una joven que con fe, esperanza y convicción, acoge con amor el saludo del ángel, y hace una única pregunta con el fin de poder entender el plan de Dios sin cuestionar más.

María se humilla por voluntad propia ante la grandeza de Dios; aun sabiendo que cuenta con su favor, se reconoce humilde y necesitada de Él, por más que tenga en mente que en su vientre tendrá al que se le llamará Hijo del Altísimo.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo… María dijo: ‘Aquí esta la esclava del Señor, que me suceda como tú dices.´ Y el ángel la dejó. San Lucas 1, 28, 38

A partir de este momento, la Virgen, Madre de Dios, emprende un camino singular y de oración completa, en donde con el silencio de su corazón medita plenamente sobre la voluntad de Dios y la vida de su Hijo. Cambia su vida por completo sin haberlo esperado.

Desde la visitación a su prima, Santa Isabel, hasta el camino que emprende junto a su esposo San José a Belén, María se convierte en el ejemplo de la perseverancia y fe que el ser humano siempre ha necesitado.

Estando apartados en un pequeño establo, después de haber recibido el rechazo, para dar lugar al nacimiento de su Hijo, podemos apreciar con claridad que más allá de sentirse privilegiada por ser la Madre del Hijo de Dios, del mismo Dios, su dicha se basa en poder tener a su Hijo en brazos y poder envolverlo en pañales para darle el amor que merece como todo hijo. Aun admirando cómo su Hijo era adorado siendo tan solo un bebé, ella simplemente guardaba todo en su corazón para meditarlo, mostrándonos que en el silencio del corazón es donde Dios más se manifiesta. María se muestra como modelo materno y comienza a dignificar el papel de la mujer, el cual con el tiempo, Jesús lo refuerza con clara autoridad y amor.

Cuando la cristiandad primitiva discutía quién era Jesús, el título de ´Theotokos´ (“la que da a luz a Dios”) se convirtió en el signo de identidad de la interpretación ortodoxa de la Sagrada Escritura: María no solo había dado a luz a un hombre que después de su nacimiento se hubiera ´convertido´ en Dios, sino que ya en su seno su Hijo es el verdadero Hijo de Dios. Youcat No. 82

La Virgen María no solo representa ese papel de Madre de Dios en el nacimiento de Jesús sino dentro de toda su vida. La belleza del amor que ella le tiene, es clara incluso en el momento en que Jesús se pierde en el Templo.

¿Cómo no habrá sido la inmensa preocupación de María, siendo Madre, en no encontrar a su Hijo? Pues tan grande es que sale en su búsqueda hasta el último lugar donde estuvieron juntos, hasta encontrarlo en el templo. María continuaba guardando todas aquellas cosas en su corazón, en el silencio de su alma, donde sabía que el mismo Dios las acogía con amor.

María, más allá de solo mostrarse como una madre que se preocupa por su hijo, comienza a desempeñar el papel de intercesora y mediadora entre las necesidades de los hombres y el amor y misericordia de su Hijo Jesús. Claro ejemplo es su actuar en las bodas de Caná, donde su petición a Cristo se toma como simbología del papel que ella desempeña en el plan de salvación.

Cuando tengas una preocupación, se te acabe la alegría y se agote tu motivación a la compresión, el servicio y la solidaridad, recurre a María. Ella te ayudará a identificar el ´vino´ que se esta terminando, te motivará a cercarte a la eucaristía y le pedirá a su Hijo: ´Mira, se le está acabando el vino´ y te dirá ´Haz lo que Él te diga´; si lo haces, Jesús transformará tu vida y te dará nuevos ánimos. Vive la palabra – Biblia Católica para Jóvenes / Edición Misión Bíblica Juvenil – Pag. 1341

No obstante, siempre es bueno que tengamos en nuestra mente el hecho de que el papel que la Virgen María desempeña en la redención del hombre se mantiene firme hasta la cruz, aun en el dolor y la tristeza, aun en la dificultad y en el sufrimiento. Tal y como nosotros debemos mantenernos firmes en la fe.

Porque es en el camino al Calvario en donde María sale al encuentro de su Hijo Jesús cuando este cae al suelo, tal y como salió a su encuentro cuando se había perdido en el Templo. De la misma manera en que nosotros debemos salir al encuentro del necesitado, pues en él podemos encontrar al mismo Cristo.

Fue a los pies de la cruz donde, en plena agonía, Jesús en un acto de amor nos entrega a la Virgen María, una mujer con el corazón herido al contemplar a su Hijo amado muriendo por amor al mundo entero, como madre de todos los cristianos al entregarla al apóstol San Juan.

Y, aun en medio del dolor, se mantiene firme en la fe, con la esperanza puesta en que Jesús resucitará.

María es la madre más tierna del género humano, es el refugio de los pecadores. San Alfonso María de Ligorio

Si bien en la Resurrección hay una ausencia enorme de mención sobre la Virgen María, y muchas especulaciones sobre un encuentro profundo entre Madre e Hijo luego de su resurrección, la belleza de la fe firme y perenne de María es palpable, incluso cuando no se habla de ella.

¿Por qué? Ella, la Madre de Dios, aun en su dolor, siempre confiaba plenamente en que su Hijo, el mismo Dios que es uno y trino, sabía lo que estaba haciendo, y cumpliría lo que había prometido, como lo había hecho en las bodas de Caná.

María es la estrella que alumbra el caminar de todo cristiano. Pues desde la Anunciación hasta la Resurrección se muestra con esperanza y llena de fe al confiar en la voluntad del Padre y en el actuar del Hijo.

Y si por fe nos acogemos a María, tal y como nos fue dada por Cristo en la cruz como Madre nuestra y de la Iglesia, podemos tener la certeza de que nada que sea para bien de nuestra alma y que le pidamos nos será negado.

Lo que la fe católica cree acerca de María se funda en lo que cree acerca de Cristo. CCE 487

César Retana

Publica desde septiembre de 2019

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Salesiano desde la cuna. Le canto a Dios por vocación y por amor. Soy Licenciado en Diseño Gráfico, tengo 28 años, y 20 de ellos en el caminar espiritual con la Iglesia. Me gusta el café bien cargado y los libros.