Hoy conoceremos a una amiga que está en el cielo. Su nombre es Santa María Faustina Kowalska, y fue declarada santa el 30 de abril del 2000. Aquel mismo día, San Juan Pablo II anunció que, en adelante, el Segundo Domingo de Pascua se conocería, en la Iglesia universal, como el Domingo de la Divina Misericordia. Ella fue la primera santa del Tercer Milenio. El Santo Padre quiso dirigir la mirada de dos siglos, el que estaba llegando a su fin y el nuevo que acaba de comenzar, a la Misericordia de Dios.

Este artículo cambia un poco con respecto a los otros artículos de Focus, pues mi intención es hacer una breve biografía y dar a conocer la vida de esta santa. María Faustina Kowalska nació el 25 de agosto de 1905. Era la tercera hija de una familia de pequeños agricultores, muy trabajadores y religiosos.

A los siete años, Faustina sintió en su interior la llamada a una vida más perfecta y a los nueve años realizó su Primera Comunión. Sus biógrafos la describen como una chica inteligente, pero al llegar a la edad de 14 años, tuvo que abandonar los estudios por motivos económicos. Poco después, abandonaría el hogar paterno para trabajar en el servicio doméstico de una familia residente en una población cercana.

El Señor me dio a entender que me ofreciera a Él para que pudiera hacer conmigo lo que le agrada. Debo estar siempre delante de Él como víctima. Santa María Faustina Kowalska.

Durante el año que duró ese trabajo, Kowalska maduró su vocación religiosa, aunque no pudo iniciar inmediatamente ese proyecto por la oposición de su familia y, en 1922, volvió al trabajo doméstico. En julio de 1924 pudo, por fin, entrar en una casa de la Congregación de la Madre de Dios de la Misericordia. Congregación que tenía en la devoción al Sagrado Corazón, una de las principales fuentes de su espiritualidad. Antes de dar ese paso tuvo una visión de Jesucristo que terminó de decidirla. Habría que señalar que las visiones fueron una constante en la vida de Sor Faustina.

Por problemas económicos, al llegar a la Congregación de la Madre de Dios de la Misericordia, no pudo acceder al Noviciado directamente y tuvo que ponerse a trabajar. Durante esta época tuvo un sueño sobre Santa Teresa del Niño Jesús, que había sido recientemente canonizada. Faustina, que ya tenía gran devoción a la carmelita antes de entrar en religión, concedió gran transcendencia a ese sueño, pues le sirvió para superar algunas dificultades por las que atravesaba.

Oh Jesús, hoy ofrezco todo por los pecadores. Que los golpes de tu justicia se abatan sobre mí, y el mar de la misericordia alcance a los pobres pecadores. Y el Señor oyó mi plegaria: Muchas almas volvieron al Señor mientras yo agonizaba bajo el peso de la justicia de Dios. Santa María Faustina Kowalska.

Finalmente, el 1 de agosto de 1925 accedió al postulantado cuando tenía 20 años. Al terminar el noviciado, en octubre de 1928, Faustina volvió a Varsovia. Hay que destacar que los traslados fueron una constante en su vida religiosa. Pocos meses después, se inició una enfermedad, que con altibajos la acompañaría el resto de su vida.

El 22 de febrero de 1931, tuvo lugar la visión, que recogió en su Diario, con la que se inició su misión de apóstol de la divina misericordia. El Señor se le apareció y le pidió que hiciera pintar una imagen suya con las mismas características de la aparición. Al mismo tiempo, le expresaba el deseo de que se instituyera una nueva fiesta en la iglesia. “Deseo que haya una fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la misericordia”. Al intentar poner por obra la belleza del mensaje recibido, Faustina se encontró con duras incomprensiones.

Mi mayor deseo es que las almas Te conozcan, que sepan que eres su eterna felicidad, que crean en Tu bondad y que alaben tu infinita misericordia. Santa María Faustina Kowalska.

Faustina hizo los votos perpetuos en 1933 y fue trasladada a Vilna. Allí comenzó la dirección espiritual con el sacerdote Michal Sopocko, que la animó a poner por escrito lo que ocurría en su alma. Faustina comenzó a escribir su Diario.

El 21 de marzo de 1936 se trasladó nuevamente a Cracovia. Su enfermedad se agravaba. Falleció de la tuberculosis, el 5 de octubre de 1938.

La misión recibida por Sor Faustina Kowalska, fue hacer conocer a los hombres la belleza de la divina misericordia de Dios, y enseñarles a experimentarla. Los medios para llevarla a cabo fueron la predicación sobre la divina misericordia mediante escritos y de palabra; la difusión de la imagen de la Divina Misericordia; los intentos para que se instaurara una fiesta de la divina misericordia; y, por último, la difusión de unas devociones particulares ligadas a la divina misericordia: la coronilla de la divina misericordia, asociada a la promesa de recibir la gracia de la misericordia infinita de Dios aunque sólo se rece una vez en el momento de la muerte; y la hora de la divina misericordia.

Me parece particularmente interesante resaltar, que contemplando la imagen desde el Diario de Santa Faustina, se puede descubrir la relación que tuvo con la Eucaristía. Efectivamente, en el Diario de Faustina se recogen numerosas visiones que asociaban la Eucaristía y los rayos representados en la imagen. En algunas de esas visiones se especifica que los rayos alcanzaban al mundo entero.

Faustina entendió su misión y la expresó con estas palabras:

Debo tomar nota de los encuentros de mi alma contigo, oh Dios, en los momentos particulares de tus visitas. Debo escribir de ti, oh Inconcebible en la misericordia hacia mi pobre alma. Tu santa voluntad es la vida de mi alma. He recibido este mandato de quien te sustituye para mí, oh Dios, aquí en la tierra y que me enseña tu santa voluntad. Santa María Faustina Kowalska.

Obtuvo permiso de sus superioras para escribir breves ratos al día. Parece ser que en ocasiones, así lo atestiguaron algunas religiosas en su proceso, escribía de rodillas.

Comenzó el Diario el 28 de julio de 1934 cuando tenía 29 años. Desde 1933 había comenzado a escribir, pero, en una temporada de ausencia del director espiritual que le había indicado que los iniciara, los quemó, atendiendo a una aparición. Posteriormente el director espiritual le explicó que aquello había sido un engaño del demonio y que debía volver a escribir.

Después de conocer estos detalles de la vida de Santa Faustina, vemos que su vida no fue muy fácil. Se enfrentó a varias dificultades y tentaciones, pero fueron su perseverancia y amor a Dios lo que la llevaron a ser un ejemplo de Santidad. Me llamó particularmente la atención el hecho de que tuviera que abandonar sus estudios por problemas económicos y que escribiera un Diario que, hoy en día es grandemente conocido. Esto es un llamado para que nosotros, jóvenes estudiantes y trabajadores, demos lo mejor de nosotros a pesar de nuestras limitaciones.

La voluntad de Dios es nuestra salvación. Desde que nos hizo libres, nos invita a elegirlo y a participar de su vida divina, tal como lo hizo Santa Faustina Kowalska. Nos hacemos partícipes de su vida divina, cuando creemos en su verdad revelada y confiamos en Él; cuando le amamos y permanecemos fieles a su palabra; cuando le honramos y buscamos la belleza de su Reino; cuando le recibimos en la Comunión y nos apartamos del pecado; cuando nos cuidamos y perdonamos mutuamente.

Abner Xocop Chacach

Publica desde septiembre de 2019

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Joven guatemalteco estudiante de Computer Science. Soy mariano de corazón. Me gusta ver la vida de una manera alegre y positiva. Sin duda, Dios ha llenado de bendiciones mi vida.