Queridos hermanos, llevamos ya una semana caminando en el Tiempo Litúrgico de la Cuaresma. Estoy seguro que tanto ustedes como yo, hemos atravesado diferentes situaciones en nuestra vida donde queda manifestado que sin Dios, nada podemos hacer.

Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.

San Juan15, 5

Este Tiempo Litúrgico que iniciamos con la Solemnidad del miércoles de ceniza, es un Tiempo de silencio y oración, un tiempo en el que como cristianos estamos llamados a dejar de lado todo aquello que no le agrada a Dios, y volver nuestro corazón hacia Él. Este Tiempo es el momento apropiado para dejar algunos vicios, pecados capitales y/o mortales, y todo aquello que daña nuestro cuerpo o nuestra alma; pero para ello, necesitamos reconocernos necesitados de la ayuda de alguien, y ése alguien es Cristo, quien se asemejó a nosotros en todo, menos en el pecado.

La Cuaresma nos llega como un momento providencial para cambiar de ruta, para recuperar la capacidad de reaccionar ante la realidad del mal que siempre nos desafía.

Papa Francisco

El Señor Jesucristo fue llevado por Satanás al desierto, donde por cuarenta días y cuarenta noches fue tentado por él. Esto quiere decir que incluso nuestro Señor pasó por el trago amargo de la tentación, del cual salió victorioso. Así nos muestra que Él sabe por lo que pasamos cuando somos tentados, y está completamente dispuesto a ayudarnos en el camino por el desierto, si nos sabemos necesitados de su auxilio misericordioso.

Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.

Mateo 11, 28 -30

Seguramente, nuestro Señor venció las tentaciones con las poderosas armas del ayuno y la oración, y otras cuantas, pues a pesar de que era Hijo de Dios, también era humano. Ahora nosotros estamos llamados a hacer uso de estas armas que como católicos estamos invitados a usar por la Iglesia, pues: solos, no podemos. Por otro lado, la belleza de la fe, de la caridad y de la esperanza, deben irradiar esta Cuaresma en nosotros, y no solo en este Tiempo Litúrgico, sino en todo el año cristiano.

Cuaresma: un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad.

Papa Francisco

A continuación, queridos lectores, les dejaré un canto para que meditemos juntos en nuestro caminar hacia la Gran Fiesta de los cristianos: la Pascua. https://youtu.be/aKR2JMlUHKY

Y para terminar, que en este Tiempo de Cuaresma no se nos olvide acudir a María Santísima, Señora del silencio y la oración, auxilio de los pecadores y salud de los enfermos; para que de Ella obtenga las gracias que nos sean necesarias para encaminar rectamente nuestra vida, hacia quien es la Vida misma.

John Sergio Reyes León

Publica desde julio de 2020

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Soy un joven de 18 años de edad nacido en Bogotá pero residente en Medellín, la ciudad más católica de Colombia. Trato de seguir el ejemplo de los evangelistas al relatar la buena nueva que Dios ha hecho en mi vida. Parafraseando a san Pablo: Ahora no hablo yo, es el Espíritu Santo el que habla en mí.