En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; Isabel quedó llena del Espíritu Santo (Lc 1, 41).

El largo viaje emprendido por María para visitar a su parienta Isabel nos recuerda la importancia del encuentro, del servicio y la valentía de ir con prontitud para atender el propósito que Dios nos ha encomendado.

La forma de comunicarnos ha cambiado, hoy en día los abrazos son virtuales y las vídeo llamadas son la forma más común de visitar a nuestros seres queridos; el misterio de la Visitación nos muestra una lección de gran belleza para aprovechar al máximo nuestras conversaciones online:

1. El saludo espontáneo y alegre

María irrumpe con la alegría de su fe pronta y disponible: “Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel” (Lc 1,40). Y con simplemente oír su saludo, Isabel quedó llena del Espíritu Santo.  El gozo que había en los corazones de María e Isabel nos invita a saludar con alegría de forma online no solo con un “¿hola, como estas?”; seamos creativos en nuestros saludos, incluyendo:

• Fotografías

• Canciones

• Mensajes

Aprovecha la oportunidad para saludar y bendecir, que cada una de nuestras palabras sea reflejo de lo que abunda en nuestros corazones.

2. Las preguntas con empatía

Isabel en su asombro por recibir una visita de sorpresa, exclama con voz fuerte: “Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; ¿cómo así viene a visitarme la Madre del Señor?” (Lc 1, 42-23).

Isabel sabía muy bien de qué trataba la empatía, poniendo su interés en el sentimiento de la Virgen, percibiendo su situación, haciendo suya su vivencia y transformándola en su propia vivencia. 

Al momento de recibir un mensaje, hagamos preguntas empáticas en vez de simpáticas, uniéndonos al otro por encima de la simpatía; Santa Teresa Benedicta de la Cruz en su tesis sobre el problema de la empatía nos recuerda que este valor es el fundamento de las relaciones personales y comunitarias con los otros y con Dios, de esa forma lograremos tener una auténtica comunidad humana, en la que los individuos no son simplemente objetos, sino sobre todo y ante todo sujetos de experiencia, capaces de entrar en comunión sin perder identidad.

3. La escucha atenta

Cada frase pronunciada en la conversación de esta visita fue respetada y valorada. ¿Cuántos de nosotros escuchamos atentos las palabras del otro?

Este segundo misterio de gozo nos invita a escuchar y leer atentos, dando importancia a cada palabra comunicada, y en vez de responder con nuestra opinión o vivencia similar, seguir el hilo de la conversación de acuerdo a la persona que está desarrollando el tema; cada uno tendrá su momento de expresar sus sentimientos y contar parte de su día a día, escuchemos atentos y pensemos en el honor de esa visita.

¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor! Lc 1, 45

Isabel, con su exclamación llena de admiración, nos invita a apreciar la belleza que la presencia de la Virgen trae como don a la vida de cada creyente.

4. El espacio para la oración

El ritmo del Evangelio marca las notas para la oración, y en este pasaje de San Lucas se encuentra parte del Ave María y el Magnificat.

¿Se imaginan que en algunos años las palabras de nuestras conversaciones se conviertan en oración o que sean frases tan llenas de la presencia de Dios, que permitan encontrarnos más allá de una pantalla?

La conversación entre María e Isabel sobreabundaba en la presencia de Dios, característica principal de la oración. El Magnificat es la expresión de la gracia que llenaba a María; hoy nuestras palabras son reflejo de lo que abunda en nuestro corazón, tomemos este ejemplo.

Dijo María:

Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador. Lc 1, 46

Que nuestra evangelización pueda hacerse presente en nuestros contactos virtuales, con el propósito de que cada conversación sea un momento de belleza, de encuentro fraterno, humano, cercano y empático. 

Meditemos la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, Él también fue protagonista en la Visitación. La intervención de María, junto con el don del Espíritu Santo, está destinada a manifestarse en toda la obra de la salvación divina.

Vanessa Urdaneta

Publica desde enero de 1970

Miembro del equipo de redacción de Tolkian.